Oporto goza de un clima más frío que Lisboa y el Algarbe, aunque las temperaturas tienden a ser más bien suaves. Los veranos pueden ser muy calurosos, pero muy raramente son intolerables. Cuando el sol aprieta durante las ocasionales olas de calor, la proximidad de la ciudad al Atlántico mantiene la humedad a valores mínimos. El verano está lleno de preciosos y soleados días que le permitirán disfrutar de una maravillosa estancia en esta ciudad.
El otoño es una estación agradable, aunque a medida que se acerca el invierno la lluvia no se hace esperar. Oporto presenta índices de lluvia más elevados que el sur del país, incluso fuera de las estaciones más frías. Estos mayores índices de precipitación, convierten a las zonas rurales en parajes realmente frondosos y exuberantes. El Algarbe no gozará nunca de este tipo de verde, a no ser que tengamos en cuenta los campos de golf.
Una vez las lluvias del invierno se han disipado, la primavera es una estación plácida y perfecta para visitar esta ciudad. Los cielos son soleados, pero sin las temperaturas extremas del verano.